viernes, 22 de marzo de 2013

LAS SENTENCIAS DE EUROPA NO SON EL CREDO DE LA AUSTERIDAD



Los defensores de la austeridad presentan reticencias a los dictados de la justicia europea para terminar con la ley del más fuerte. Sólo creen en la estabilidad procurada por las manos fuertes del mercado. Esas que nunca consienten el mercado libre de sus manos.

Tras la Sentencia del TJUE sobre el proceso hipotecario español el discurso del miedo a la inseguridad jurídica y la restricción de la oferta hipotecaria futura no se hecho esperar, pero ya no se sostiene. En solitario lo hace Asociación Hipotecaria Española, dado que hasta la Asociación Española de la Banca ha saludado la Sentencia como razonable.

Se especula también sobre la obligatoriedad de la Sentencia del Tribunal de la UE. Y la duda no ha de caber.

El TJUE ha establecido en el asunto C-415/11 que deben existir posibilidades reales de defensa del ejecutado para que pueda discutir la legalidad de la hipoteca durante el proceso que lo desahucia, porque de lo contrario no se respeta, dice el Tribunal, la Directiva 93/13/CEE que regula las clausulas abusivas en los contratos con consumidores.

En el proceso hipotecario español, según el TJUE, tiene que darse la oportunidad de discutir la legalidad del contrato hipotecario, porque ese proceso concede a la hipoteca el mismo o mayor rango que una Sentencia judicial. Con fuerza para poder lanzarnos de la vivienda, quitarnos su propiedad y exigirnos una monumental deuda establecida por tasadoras impuestas por el Banco.

Y sobre dicho debate procesal el Tribunal español debe decidir conforme a los criterios que establece el Tribunal de la UE en esta Sentencia, ya histórica, so pena de vulnerar la Ley española. Porque la Directiva 93/13/CEE, es Ley española desde el año 1996, a los tres años de su entrada en vigor. 

2,5 veces el interés legal del dinero es el tipo de interés que establece la Ley española, si no hubiera un contrato firmado, como interés de demora máximo. Y es éste el criterio que establece el Tribunal, atender a lo que dice la Ley en las materias que el Banco regula en el contrato hipotecario para comprobar si éste respeta la Ley. Tampoco cabe tasar las costas en el contrato, sino ante el Tribunal.

El vencimiento de todo el préstamo por impagos puntuales no es aceptable cuando el incumplimiento no es grave, y no se establecen opciones para rehabilitar el préstamo. Alzar de uno a tres impagos la posibilidad de dar por vencido todo el préstamo, como pretende el Gobierno, es una broma de mal gusto que persevera en la misma visión del mercado hipotecario que el TJUE ha condenado.

Cabe que nos preguntemos si la burbuja inmobiliaria española se hubiera convertido en ese mastodóntico zeppelin que se ha estrellado en nuestro suelo, sin la inestimable ayuda del mercado hipotecario español. Fundando en bases decimonónicas, de imposición y cuasi-esclavitud financiera perpetua sobre alguien al que se llama deudor, en lugar de consumidor. Un mercado hipotecario que se ha lanzado en nuestro pasado reciente a regar de dinero cualquier demanda por descabellada que fuera, por ese exceso de seguridad jurídica del que ha disfrutado.

La restricción de la oferta hipotecaria que se esgrime para no reformar ya no es creíble. Porque ahora se presenta como necesaria la revisión de las bases del mercado hipotecario e inmobiliario, atendiendo a otras voces distintas al sector financiero y a las mastodónticas concursadas del G-14. Todas aquellas que con impecable aspecto, serena y ponderadamente, nos han acompañado y jaleado en el camino hacia este monumental desastre en la planificación estratégica de la economía y las finanzas españolas. Estrategias convencidas susurradas al oído de nuestra clase política en desayunos informativos, y vespertinas conferencias desnudas de razones, pero llenas de argumentos.  

La Europa de primera ha organizado de otro modo el mercado hipotecario, partiendo de la idea de que dejar la casa que quisimos comprar es suceso tan grave, que no puede caber más que ante un imponderable, ni querido ni buscado, y a evitar por todo medio. Europa presenta otras soluciones legales y procedimentales para las hipotecas impagadas, con equilibrio entre la satisfacción del crédito impagado y la rehabilitación del entorno familiar afectado que se esfuerce en ello, eso sí, porque los ciudadanos mereciendo tal nombre son futuros activos de una sociedad que también lo merece.

Tal vez por esto en Europa, no se hunde el mercado hipotecario, pero lo que es más importante, no se hunde la sociedad, y la nuestra...se resiste a permanecer impasible en su hundimiento, y con su pelea ha logrado una victoria. Pequeña, pero victoria.  






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